Pocos tumores malignos son tan desconcertantes como el melanoma cutáneo. Afortunadamente, la mayor parte de las lesiones que llegan al patólogo bajo la sospecha clínica de melanoma, en realidad no lo son. El estudio histológico revela que se trata de nevus congénitos, nevus de Clark, queratosis seborréicas, epiteliomas basocelulares, angioqueratomas, etc.. Serían, en palabras de Luis Requena, "corderos con piel de lobo". Por desgracia, también hay "lobos con piel de cordero" incluso a los ojos del patólogo: nevus de Spitz que hacen metástasis ganglionares porque en realidad son melanomas spitzoides, metástasis cutáneas de melanoma emulando nevus azul y procesos fibrosos e inflamatorios recidivantes que corresponden a melanomas desmoplásicos.
Pero el desconcierto va más allá de los problemas diagnósticos, instalándose en la epidemiología, la etiopatogenia y en la sorprendente evolución clínica de algunos casos. La radiación solar es un factor causal bien estudiado, pero muchos otros factores causales se nos escapan en el concierto de la multicausalidad y algunos de ellos apuntan a una vinculación laboral.
Entre los grupos laborales de riesgo para melanoma figuran arquitectos, ingenieros, abogados, hombres de negocios, granjeros, relojeros, médicos y trabajadores de imprentas y clínicas dentales (1).
1.- Bouchardy C, Schüler G, Minder C, Hotz P, Bousquet A, Levi F, Fisch T,
Torhorst J, Raymond L. Cancer risk by occupation and socioeconomic group among men - a study by the Association of Swiss Cancer Registries. Scand J Work Environ Health. 2002;28 Suppl 1:1-88.
miércoles, 8 de julio de 2009
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