viernes, 8 de enero de 2010

martes, 8 de diciembre de 2009

Del cáncer ocupacional, al cáncer por exposición industrial y ambiental.

La incidencia del cáncer, en general, ha aumentado durante las últimas décadas. El envejecimiento de la población y las campañas de detección precoz, han colaborado sólo parcialmente en este aumento. Además, la incidencia de factores carcinógenos conocidos como el alcohol y el tabaco, ha disminuido. La hipótesis más probable es que el aumento en la incidencia del cáncer sea consecuencia de la acumulación de agentes ambientales distorsionadores del ciclo celular, en gran medida de origen industrial.

El conocimiento del cáncer progresa a partir de la observación y la experimentación. El experimento espontáneo que ha supuesto el tabaquismo, gracias a su elevada magnitud social, nos ha proporcionado una información crucial para el estudio del cáncer. Lamentablemente el trabajador que se expone a carcinógenos laborales, no goza de la libertad de elección del individuo que decide hacerse fumador, y también constituye una rica fuente de información para el estudio del cáncer. La exposición ocupacional constituye un primer nivel de riesgo. Es el mejor controlado y por ello los agentes carcinógenos de origen laboral han sido los primeros en identificarse.

Un segundo nivel de riesgo lo constituye la exposición de la población residente en la vecindad inmediata a los focos de emisión industrial. En este sentido ha sido crucial la información proporcionada por el EPER (European Pollutant Emission Register), y recogida tanto por el Estado Español como por alguna de sus CCAA, siendo de destacar la labor realizada en el País Vasco.

La información proporcionada por el EPER (European Pollutant Emission Register), ha servido de base para desarrollar toda una línea de investigación en epidemiología espacial, que pasa desde una detallada descripción de la polución industrial en España, hasta el desarrollo de modelos estadísticos que superan la denominada "falacia ecológica" de antiguos estudios geográficos y de correlación en el ámbito de la epidemiología espacial del cáncer.

El tercer nivel de riesgo corresponde a la exposición puramente ambiental sin una relación geográfica con el foco emisor del agente carcinógeno (las más de las veces de origen industrial), en virtud de la extraordinaria ubicación del mismo. Uno de los ejemplos más llamativos es la acumulación en el medio ambiente de los denominados "disruptores endocrinos", moléculas sintéticas capaces de activar receptores celulares e inducir una respuesta proliferativa que puede escapar al control del ciclo celular.

El descenso en la edad de presentación del cáncer de mama en la mujer no puede ser explicado por las campañas de detección precoz y cada vez son más las evidencias que lo vinculan con estos agentes ambientales denominados disruptores endocrinos. Resulta escalofriante el blog de Hannah, la niña americana de 10 años que relata su lucha contra el cáncer de mama que había invadido ya el primero de sus ganglios linfáticos, el denominado ganglio centinela. Los "disruptores endocrinos" son también agentes originados en entornos laborales y se han confeccionado matrices de exposición ocupacional con las que se ha comprobado la influencia del trabajo de la madre en determinadas alteraciones del desarrollo de sus hijos. El impacto de los disruptores endocrinos va más allá de los aspectos relacionados con la salud humana, habiéndose relacionado con el declive de las poblaciones salvajes de anfibios.

Estos días se está celebrando en Copenhague la cumbre internacional de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 15). El cambio climático no deja de ser un marcador de la influencia nociva de la especie humana en el deterioro progresivo de nuestro medio ambiente. La epidemología del cáncer pasa obligadamente por el control de la exposición ambiental, ya que incluso los polimorfismos de riesgo mediados genéticamente, son modulados por cambios epigenéticos vinculados a factores ambientales. Lamentablemente nuestra capacidad para contaminar el entorno supera con creces la del control de sus consecuencias. El planeta que nos aloja está pagando el tributo del crecimiento exponencial de nuestra especie, que hasta ahora se ha comportado como un auténtico "primate maligno".

Según Naomi Klein es nuestra última oportunidad para salvar el planeta y desde Klimaforum09 está proponiendo en la actual cumbre de Copenhague incluso la desobediencia civil, como recoge la ONG americana Common Dreams, para combatir la complicidad de los gobiernos de paises ricos, en la falta de acuerdo para la adopción de medidas de control que frenen el progresivo deterioro de nuestro medio ambiente. El compromiso de la comunidad científica debería ser mayor en esta lucha. Sobre nuestras espaldas recae la responsabilidad de difundir el conocimiento científico existente para cada uno de los 3 niveles de riesgo aqui señalados.

domingo, 8 de noviembre de 2009

El cáncer ocupacional por exposición al amianto está subestimado. El mesotelioma y el cáncer de pulmón, podrían ser tan sólo la punta del "iceberg".

Recientemente se ha publicado en España un interesante artículo sobre la "Enfermedad por amianto en una población próxima a una fábrica de fibrocemento":

http://www.elsevier.es/revistas/ctl_servlet?_f=7016&articuloid=13140349&revistaid=6

Los autores, que encuentran un exceso de cáncer de pulmón y mesoteliomas, como era esperable, excluyeron del estudio los casos con carcinoma broncopulmonar que no cumplían suficientes criterios de exposición. No obstante, no existe actualmente ningún protocolo internacionalmente consensuado que evalúe el riesgo de cáncer por exposición al asbesto:

http://www3.interscience.wiley.com/journal/122597710/abstract?CRETRY=1&SRETRY=0

Por otro lado, en un reciente análisis Delphi en el que intervinieron expertos rigurosamente seleccionados por el nivel de impacto de sus publicaciones en el tema:

http://chestjournal.chestpubs.org/content/135/6/1619.full.pdf+html

dos de las "afirmaciones" con mayor grado de acuerdo fueron:

1.- Un trabajador con cáncer de pulmón y sin signos de asbestosis en sus pulmones, pero que alguno de sus compañeros de trabajo con similar exposición si presentan asbestosis, tiene criterios suficientes para atribuir su cáncer a la exposición al amianto.

2.- La exposición al amianto provoca otros tumores malignos distintos del cáncer de pulmón y del mesotelioma

En los protocolos de evaluación del riesgo de amianto, el apartado de "otras neoplasias relacionadas con el amianto" no es claro ya que no hay acuerdo respecto de qué tumores están o no asociados con la exposición al asbesto. El cáncer de laringe sólo recientemente se ha aceptado de forma incuestionable. Pero por ejemplo, con el glioblastoma multiforme el tema todavía es polémico, ya que si bien hay documentados casos con exposición al amianto y estudio inmunohistoquímico de glioblastoma multiforme, en otros casos el inmunofenotipo reveló que en realidad se trataba de metástasis encefálicas de mesotelioma.

En este contexto, sería preferible que los investigadores de cohortes con exposición al amianto, no excluyesen a priori "otros tumores malignos" no contemplados en el capítulo "oficial" de "otras neoplasias relacionadas con el amianto", y documentasen todo tipo de cáncer encontrado en la cohorte. Simplemente el "Precautionary Principle" defendido por unos, atacado por otros, e ignorado por la mayoría:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11319454?ordinalpos=1&itool=EntrezSystem2.PEntrez.Pubmed.Pubmed_ResultsPanel.Pubmed_SingleItemSupl.Pubmed_Discovery_RA&linkpos=3&log$=relatedarticles&logdbfrom=pubmed

es razón más que suficiente como para no excluir esa valiosa información de sus protocolos de trabajo.

jueves, 8 de octubre de 2009

Leucemia de células peludas y exposición ocupacional.

La leucemia de células peludas es una patología sumamente infrecuente. Puede ser considerada como una variante rara de leucemia linfática crónica. Debería figurar como entidad diferenciada de la leucemia linfática crónica en la lista de La Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER). El término "celulas peludas" hace alusión a las finas proyecciones citoplásmicas de los peculiares linfocitos B neoplásicos (también denominados "vellosos"), que constituyen la entidad. Se relaciona con exposiciones ocupacionales a pesticidas (insecticidas, fungicidas y herbicidas), concentrándose los casos entre granjeros y jardineros (1-2).

Tanto la leucemia de células peludas como otras leucemias linfáticas crónicas y linfomas B no Hodgkin, fueron observados en veteranos de guerra expuestos al "agente naranja" y otros pesticidas. El Instituto de Medicina de los EEUU dictaminó como "suficiente" esta asociación y el Departamento Americano de Excombatientes aprobó las correspondientes indemnizaciones.

La baja frecuencia de un determinado tipo de cáncer hace más facil la identificación de una asociación ocupacional. Por ejemplo el carcinoma nasosinusal y formaldehido en embalsamadores, el mesotelioma y la exposición al amianto, el angiosarcoma hepático y el policloruro de vinilo, etc.. En tumores malignos frecuentes, como el cáncer de pulmón y el cáncer de mama, también existe un riesgo ocupacional, pero éste es difícil de atribuir a nivel individual ya que es grande la constelación de factores etiológicos implicados. En todo paciente con una forma rara de cáncer debería ser investigada de forma pormenorizada su actividad laboral.

1.- Orsi L, Delabre L, Monnereau A, Delval P, Berthou C, Fenaux P, Marit G, Soubeyran P, Huguet F, Milpied N, Leporrier M, Hemon D, Troussard X, Clavel J.
Occupational exposure to pesticides and lymphoid neoplasms among men: results of a French case-control study. Occup Environ Med. 2009 May;66(5):291-8.

2.- Nordström M, Hardell L, Magnuson A, Hagberg H, Rask-Andersen A. Occupational exposures, animal exposure and smoking as risk factors for hairy cell leukaemia evaluated in a case-control study. Br J Cancer. 1998 Jun;77(11):2048-52.

martes, 8 de septiembre de 2009

Cáncer ocupacional por exposición a nanopartículas

Una nanopartícula (nanopolvo, nanoracimo, o nanocristal), tiene un tamaño que escapa a la resolución del microscopio óptico ya que sus dimensiones oscilan entre una y 100 nanomicras.

En nuestra vida cotidiana manejamos dimensiones entre milímetros y kilómetros, pero existen otros mundos. El astrónomo está acostumbrado a utilizar "años luz", el biólogo las micras y el físico nuclear los angstrom. Las células de tejidos animales tienen un diámetro de 10 micras de promedio, las bacterias algunas décimas de micras y el tamaño de los virus viene a estar por debajo de la décima parte de una micra. Un milímetro tiene 1000 micras, una micra 1000 nanomicras y una nanomicra 10 angstrom. Los diámetros atómicos están comprendidos entre 0,5 y 6 angstrom. En consecuencia, el tamaño de las nanopartículas queda dentro de la escala del mundo de los virus y al alcance de la mano de los átomos. De hecho una de sus aplicaciones en medicina podría ser su utilización como vector génico sustitutivo de los virus.

Se atribuye a Richard Feynman (premio Nobel de Física 1965), el haber sembrado las ideas que condujeron a la investigación en nanopartículas, decenas de años antes de que el término nanotecnología fuese acuñado. En 1959 Feynman profetizó las grandes posibilidades de manipular la materia átomo a átomo durante su conferencia mítica en la reunión anual de la "American Physical Society" en la que enunció la célebre pregunta: ¿Por qué no es posible escribir los 24 volúmenes de la Enciclopedia Británica en la cabeza de un alfiler?. El texto íntegro de la citada conferencia también puede consultarse en una interesante web homenaje, la "Feynman Online" , testimonio de la polifacética actividad de este físico genial que fue Richard Feynman.

Las nanociencias y nanotecnologías prometen beneficios de todo tipo, desde nuevas aplicaciones médicas a soluciones de problemas ambientales y muchos otros; sin embargo son crecientes también las alarmas que están surgiendo sobre los potenciales riesgos para las salud, especialmente en trabajadores de las nanoindustrias. La polémica está servida y uno de los foros profesionales de discusión sobre las ventajas e inconvenientes de esta tecnología emergente e imparable, es el blog de nanotecnología de la Universidad Complutense de Madrid.

Las mismas propiedades de las nanopartículas que hacen atractiva la ingeniería de los nanomateriales, proporcionan los argumentos que hacen temer una grave amenaza para nuestra salud. El mecanismo de toxicidad pulmonar de los nanotubos de carbono, inductores de estres oxidativo por fracaso de respuesta fagocítica en función de su cociente longitud / diámetro, es el mismo que el atribuido a las fibras de asbesto.

El potencial carcinógeno de las nanopartículas inhaladas es sospechado a partir del exceso de riesgo de cáncer de pulmón observado en estudios epidemiológicos de exposición a emisiones de motores diesel en los lugares de trabajo. La magnitud del riesgo, ajustada por otros factores conocidos como el tabaquismo, no puede ser explicada solamente por la composición química de las emisiones de gas (hidrocarburos y metales), y se atribuye al tamaño de las partículas. El tamaño de las micropartículas de diesel (100 nanomicras) queda en el techo de la escala de las nanopartículas y su efecto carcinógeno por inhalación también ha sido comprobado en animales de experimentación.

sábado, 8 de agosto de 2009

CUTANEOUS MELANOMA IN DENTAL WORKERS (post en construcción)

Pérez-Gómez B, Aragonés N, Gustavsson P, Plato N, López-Abente G, Pollán M.

Cancer and Environmental Epidemiology Section, National Center for Epidemiology,
Carlos III Institute of Health, Madrid, Spain.

BACKGROUND: Few occupational studies have addressed melanoma in women.
Accordingly, our aim was to identify occupations with higher risk of cutaneous
melanoma, overall and by site, in Swedish female workers. METHODS: All gainfully
employed Swedish women were followed-up from 1971 to 1989, using Death/Cancer
Registers. Occupational risk ratios adjusted for age, period, town size, and
geographic zone were computed for each site. Risk patterns for different sites
were then compared. RESULTS: High risks were observed among educators, bank
tellers, dental nurses, librarians/archivists/curators, horticultural workers,
and hatmakers/milliners. Telephone operators and textile workers had increased
risk, mainly in the leg. Other occupation-specific site excesses were also found.
Upper-limb risks were correlated with head/neck and thorax, though these two
sites were not associated. Legs registered a special pattern, with a moderate
correlation with upper limbs or thorax, and no correlation with head/neck.
CONCLUSIONS: Some occupations with possible exposure to arsenic/mercury displayed
increased risk. The generalized excess risk among hatmakers/milliners warrants
further attention. The weak correlation between legs and other sites suggests
site specificity in melanoma risk factors.

miércoles, 8 de julio de 2009

MELANOMA OCUPACIONAL

Pocos tumores malignos son tan desconcertantes como el melanoma cutáneo. Afortunadamente, la mayor parte de las lesiones que llegan al patólogo bajo la sospecha clínica de melanoma, en realidad no lo son. El estudio histológico revela que se trata de nevus congénitos, nevus de Clark, queratosis seborréicas, epiteliomas basocelulares, angioqueratomas, etc.. Serían, en palabras de Luis Requena, "corderos con piel de lobo". Por desgracia, también hay "lobos con piel de cordero" incluso a los ojos del patólogo: nevus de Spitz que hacen metástasis ganglionares porque en realidad son melanomas spitzoides, metástasis cutáneas de melanoma emulando nevus azul y procesos fibrosos e inflamatorios recidivantes que corresponden a melanomas desmoplásicos.

Pero el desconcierto va más allá de los problemas diagnósticos, instalándose en la epidemiología, la etiopatogenia y en la sorprendente evolución clínica de algunos casos. La radiación solar es un factor causal bien estudiado, pero muchos otros factores causales se nos escapan en el concierto de la multicausalidad y algunos de ellos apuntan a una vinculación laboral.

Entre los grupos laborales de riesgo para melanoma figuran arquitectos, ingenieros, abogados, hombres de negocios, granjeros, relojeros, médicos y trabajadores de imprentas y clínicas dentales (1).

1.- Bouchardy C, Schüler G, Minder C, Hotz P, Bousquet A, Levi F, Fisch T,
Torhorst J, Raymond L. Cancer risk by occupation and socioeconomic group among men - a study by the Association of Swiss Cancer Registries. Scand J Work Environ Health. 2002;28 Suppl 1:1-88.